WILLIAM SHAKESPEARE: genio de la dramaturgia


William Shakespeare, ensalzado en todo el mundo por su grande y maravilloso ingenio, nació en abril de 1564, en Stratiord-on-Avon, que es como si dijéramos el corazón de Inglaterra. Todos los individuos de su familia eran sencillos campesinos. Juan Shakespeare, su padre, hijo de un labrador, se dedicó al comercio, llegando a ser concejal y luego juez de Stratford, y su madre, llamada María Arden, era hija de un agricultor que disfrutaba de posición bastante desahogada.

El joven William, que se revelaba ya poeta de corazón, recibió en la escuela de gramática de su villa natal una educación que le puso en condiciones de adquirir más tarde toda suerte de conocimientos, a pesar de su poca constancia en asistir a las clases. Por esta causa, probablemente, dejó de concurrir a la escuela cuando sólo tenía trece años.

No se sabe a punto cierto qué hizo el joven Shakespeare tan pronto hubo abandonado la escuela. Ayudaría, indudablemente a su padre, cuya prosperidad decrecía por momentos, o quizá entraría en el bufete de algún abogado, porque más tarde demostró tener conocimientos exactos y claros de las leyes y de los procedimientos legales; pero no puede afirmarse si los adquirió o no durante su mocedad.

En aquellos días iban a Stratford varias compañías de cómicos. No muy lejos de allí estaba Kenilworth en donde se celebraban espléndidas mascaradas en honor de la reina Isabel, cuando Shakespeare contaba tan sólo unos once años; y en Coventry, villa próxima, se representaban comedias de cuando en cuando. Así, pues, se explica claramente que Shakespeare, ya de muchacho, conociese bastante el teatro y sus entretelones.

Cuando joven parece que era nuestro poeta bastante atolondrado y terco, pero de todos modos, sábese que, a los diez y ocho años de edad, se casó con Ana Hathaway, hija de un agricultor, la cual tenía ocho años más que él y vivía en Shottery, aldea cercana a Stratford. William, tres o cuatro años después, creyó conveniente marcharse de su pueblo natal, para ver si prosperaba más en Londres. Acerca de las causas del viaje no se ha podido hallar ningún escrito que confirme lo que la historia dice: parece se asoció con otros jóvenes inquietos, para llevar a cabo una expedición de caza furtiva en el parque de sir Tomás Lucy, situado en Charlecote; que estuvo preso y sufrió una condena y que luego escribió unas poesías que molestaron tanto a sir Tomás, que el joven poeta tuvo que ponerse fuera del alcance de las iras de este magistrado. Cierto es que, muchos años más tarde, hizo una insolente caricatura de sir Tomás en el personaje del Juez Shallow, que aparece en Las alegres comadres de Windsor.

De todos los hombres que en aquel tiempo se dirigían apesadumbrados a Londres, con la esperanza de poder abrirse camino en el mundo, probablemente ninguno lo estaba tanto como William Shakespeare. Había abandonado, en aquel pueblo que tanto amaba, a su esposa, a sus tres hijos y a su padre, que se hallaba en el umbral de la miseria. Shakespeare tenia entonces fama de turbulento y no había hecho nada aún para que las gentes lo estimaran y aplaudieran.