Cómo se forman nuevas y mejores especies de manzana


Algunas manzanas de las obtenidas por Burbank son mayores y de mejor sabor que las ordinarias. Estas variedades son innúmeras. Lo mismo ocurre con la cereza, el melocotón y el membrillo. Tal vez se diga que estos experimentos requieren la vida de un hombre; cierto, pero Burbank vencía al tiempo o lo acortaba empleando el injerto. La planta de semillero de una nueva variedad se injerta a veces en una ya desarrollada o en un árbol viejo, con lo que se apresura su crecimiento. La injertación consiste en injerir en la rama o tronco de una planta o árbol alguna parte de otro, en la cual ha de haber yema para que pueda brotar. El injerto se nutre de la savia del árbol o planta en que se hace; si no fuese por este procedimiento tardaríamos años enteros en saber qué clase dé frutos se pueden obtener, porque el desarrollo fructífero, por ejemplo, de un ciruelo tarda de unos seis a siete años. De entre muchos millares de plantas de semillero se escogen las mejores (tal vez 10 ó 20) y se injertan en las ramas de un ciruelo recio. Para la estación siguiente el injerto da fruto. A veces, veinte y aun centenares de injertos se hacen en un árbol fuerte. En cierta ocasión Burbank injertó 600 variedades de manzanas en un árbol: verdes, rojas, agrias, dulces, etc. En los ciruelos se hacen en ocasiones injertos igualmente numerosos. Si los frutos que resultan son los que se desea, se guardan, y mediante un nuevo injerto se continúa la selección y desarrollo.

Después de los éxitos con las manzanas y cerezas nombraremos los que Burbank obtuvo con las bayas. De éstas produjo unas veinte nuevas variedades de gran valor comercial: moras negras mejores, frambuesas, fresas y una baya nueva, la Primus, cruzamiento entre la frambuesa siberiana, fruto pequeño del tamaño de medio guisante oscuro, de muchas semillas e insípido, y la zarzamora occidental. Tiene las cualidades de ambas, combinadas. Madura antes que todas las otras, y antes también de que las moras empiecen a florecer.