Por qué es peligroso caerse de gran altura


Se ha comprobado que cuando un objeto cae por virtud de la gravedad, aumenta su velocidad en cada segundo sucesivo unos 980 centímetros. Esto nos explica por qué es más grave caerse de gran altura que de una altura pequeña. Si la gravedad se limitase a tirar de los cuerpos, imprimiéndoles una velocidad constante, no nos haríamos más daño arrojándonos desde una torre, que cayéndonos de una silla. Pero el caso es que la velocidad de un cuerpo que cae aumenta constantemente, de manera que cuanto mayor es la distancia recorrida al caer, mayor será la fuerza con que daremos en el suelo y proporcional el daño que nos haremos.

Claro es que al decir esto suponemos que no interviene otra fuerza sino la de la gravedad. Pero sabemos que la gravedad no es la única fuerza que hay en el mundo. Consideremos, por ejemplo, una gota de lluvia que se ha formado en el cielo, y supongamos que cayera al suelo atravesando el espacio vacío. Durante el primer segundo de su caída no recorrería 980 centímetros, sino 490; pues su velocidad inicial sería cero, y sólo vendría a ser de 980 centímetros por segundo al final de ese primer segundo; de modo que la distancia recorrida en el transcurso del primer segundo sería, como lo demuestra el cálculo, la mitad de 980 centímetros. La distancia recorrida en la segunda unidad de tiempo sería de 1.960 centímetros, y así sucesivamente. Conociendo la altura de que ha caído, podríamos calcular la velocidad que llevaría la gota en el momento de llegar a la superficie de la tierra; si, además, supiéramos cuál es su masa, podríamos averiguar la fuerza con que chocaría contra el suelo. Pero, en realidad, las gotas de lluvia atraviesan al caer un océano de aire, que opone una resistencia constante a su caída, cosa que, afortunadamente, disminuye su velocidad en proporciones considerables.