Velázquez en Italia, la segunda manera acusa extrañas influencias


Rubens aconsejó a Velázquez que realizara un viaje a Italia, lo que el pintor hizo en agosto de 1630, en compañía de su ayudante y discípulo, Juan de Pareja.

Velázquez desembarcó en Génova y de allí pasó a Venecia, donde estudió a los pintores de la escuela veneciana que tanto admiraba. De esa ciudad se dirigió a Roma y alojóse en la Villa Médici, en la que reprodujo algunos cuadros de Rafael y de Miguel Ángel. De Roma fue a Nápoles, donde trabó amistad con su compatriota Ribera, a la sazón en el cenit de la fama y la gloria. Los dos cuadros más importantes de esta segunda manera son La fragua de Vulcano y La túnica de José; dichas telas, con influencias del Renacimiento italiano, denotan un cambio en la paleta y en el dibujo de Velázquez.

De regreso en España y durante cierto tiempo, siguió pintando en el nuevo estilo que había adoptado en Italia; data de entonces, entre otros, su magnífico retrato de El conde duque de Olivares.