Las cuatro maneras de Velázquez y sus obras iniciales


Hay en la producción de Velázquez todo un desarrollo lógico que nos permite establecer cuatro maneras.

De los años de iniciación y después de muchos ensayos, nos queda el primero de sus cuadros notables, El Aguador, que fue presentado al rey de España. Con esta obra, que actualmente se encuentra en el palacio de los duques de Wellington, cerca de Hyde Park, en Londres, comenzó su fama y su prestigio. De 1618 a 1627 pintó, además de El Aguador, varios retratos que le valieron el favor del rey. El primero para la familia real fue uno de Felipe IV a caballo, muy admirado en Madrid. Algunos meses después pintó otro que representa al monarca de cuerpo entero, con una carta en la mano. Incorporado al personal del palacio, pintó luego al infante don Carlos y escenas de cacería y bodegones. En 1627, Felipe IV, conmemorando el edicto de expulsión de los moriscos, abrió un concurso pictórico cuyo premio consistía en una plaza de gentilhombre de cámara. Participaron en él los pintores palatinos Ángel Nardi, Vicente Carducho, Eugenio Caxés y Diego Velázquez, y resultó favorecido este último, quien quedó de hecho como único pintor del rey y su familia. Durante cuarenta años vivió en la corte y se convirtió, por ello, en una especie de secretario privado de la misma. De esta primera época es también su famoso cuadro Los Borrachos.