De cómo penetraron Ayolas e Irala en el territorio paraguayo


Apremiado por la falta de víveres, Mendoza envió una expedición naval a la costa de Brasil para buscarlos, y destacó con otros dos buques a su lugarteniente Juan de Ayolas, para que remontara el Paraná en procura de gente hospitalaria y alimentos.

Ayolas se detuvo en la margen derecha del río Paraná, no lejos del Hincón de Gaboto, nombre que le había quedado al lugar donde existió la población de Sancti Spiritus, a que nos hemos referido antes. Allí, sobre el arroyo Coronda, fundó una nueva población; y alentado por el espíritu hospitalario de los indios timbúes y por la abundancia de alimentos que ellos le proporcionaban, llamó a la nueva población Corpus Christi. Seducido el adelantado Mendoza por el éxito de Ayolas, resolvió trasladar la mayor parte de la población de Buenos Aires a Corpus Christi, dejando en la primera sólo una guarnición poco numerosa.

Una vez en Corpus Christi, el adelantado consideró conveniente cambiar el asiento del fuerte a un lugar situado a cuatro leguas al Sur, sobre el río Paraná, y lo denominó Buena Esperanza; pero, no bien regresó Mendoza a Buenos Aires con la expedición, las tropas dejadas por él en Buena Esperanza abandonaron este establecimiento y se reconcentraron en el fuerte de Corpus Christi, que rehabilitaron.

Ayolas fue enviado de nuevo por el adelantado Mendoza para remontar los ríos Paraná y Paraguay, a fin de buscar un camino terrestre que condujera a Perú, ya dominado en ese entonces por los españoles.

En tanto acaecían estos sucesos, ocurridos en 1536 y 1537, se agravaba la enfermedad de Mendoza, quien, a mediados del último año citado, se hizo a la vela para España, en un buque y con pocos servidores. En abril de 1537, antes de zarpar, instituyó por teniente gobernador y su sucesor en los dominios del Plata al citado capitán Juan de Ayolas y, mientras durara la ausencia de éste, a Francisco Ruiz Galán. Mendoza murió en el mar durante su viaje a España.

En cumplimiento de las órdenes dadas por Mendoza, Ayolas remontó el río Paraná y penetró en el Paraguay, a cuyas márgenes fundó el Puerto de la Candelaria. Allí dejó a su lugarteniente Domingo Martínez de Irala con la orden de que lo esperara hasta su vuelta y emprendió la marcha a pie hacia el Noroeste con un poco más de un centenar de hombres. Las grandes dificultades que encontró a su paso le impidieron llegar a Perú, por lo que resolvió emprender el regreso a Candelaria, para reunirse con Irala, pero éste, habiéndose cumplido con exceso el plazo señalado, había abandonado el lugar. Ayolas fue muerto, con todos sus compañeros e indios amigos, en una emboscada que le tendieron los indios payaguas, cerca de Candelaria.