Cómo se fundó Asunción y Buenos Aires fue despoblada y destruída


Juan de Salazar y Espinosa, que había ido por orden de Mendoza en busca de Ayolas e Irala, emprendió el regreso a Buenos Aires, pero antes de partir se detuvo en un sitio sobre el río Paraguay, cerca de la desembocadura del Pilcomayo, y levantó un fortín de madera que fue el origen de la ciudad de Asunción, actual capital de la República de Paraguay, el 15 de agosto de 1537.

Cuando Irala se enteró de la muerte de Ayolas asumió el mando, mientras el rey proveía el destino, y concentró en Asunción los ya reducidos elementos de la Conquista. Esta política trajo como consecuencia el abandono y la despoblación del fuerte de Buenos Aires, en 1542.

Allí quedaron solamente las ruinas de la población fortificada sobre el Riachuelo, y algunos caballos y yeguas que no pudieron transportar los conquistadores a Paraguay y que fueron la base de la riqueza ganadera de la que aprovecharon, 40 años más tarde, los fundadores de la segunda Buenos Aires, y que los indios utilizaron para multiplicar su poder hostil hacia los españoles.

El mismo Irala ordenó quemar los pobres ranchos que formaban el caserío, ante las miradas desoladas de sus habitantes. Antes de dejar esos despojos humeantes, Irala dispuso “en la entrada del puerto, junto donde estaba asentado el pueblo”, en un mástil y a la vista de quien llegara a esas playas, una calabaza en cuyo interior una larga esquela daba noticias de cómo se podía seguir la navegación del río hacia el Norte, hasta llegar a Asunción.

El puñado de valientes españoles, a pesar de tanta desventura y tantos riesgos, no titubeaba en su fe, y se concentró en la ciudad que fundara Salazar de Espinosa.