Don Pedro I, la asamblea constituyente y la constitución de 1824


El 21 de septiembre de 1822 fueron adoptados como colores nacionales brasileños el verde y el amarillo, que figuraron en las banderas el día. de la aclamación de don Pedro como emperador de Brasil, y en su coronación, el 1* de diciembre.

Después de lo que quede narrado, sobrevinieron muy importantes acontecimientos; los principales fueron la reunión de la Asamblea General Constituyente y la abdicación del emperador.

Declaró el emperador que los portugueses tenían cuatro meses de plazo para elegir entre la vieja patria o la nueva, y con ello hízose sentir nuevamente con mayor intensidad la malquerencia contra los lusitanos. En Bahía la guerra estalló abiertamente. El general portugués Madeira, que recibió refuerzos importantes de la metrópoli, fue rechazado en varios puntos y hubo de concentrar sus tropas en la capital de la provincia. Ayudado allí por la escuadra portuguesa, sostuvo la lucha hasta el 2 de julio de 1823, en que, sintiéndose vencido, embarcó sus tropas en los navíos de su patria y zarpó con rumbo a Lisboa.

Poco después quedaba consolidada la independencia de Brasil.

Entretanto, habíase reunido el 3 de mayo, convocada por el emperador, la Asamblea Constituyente, ante la cual leyó el soberano su mensaje, llamado desde entonces el discurso del trono. De esta asamblea formaban parte hombres tan notables como los Andradas, de los cuales el llamado Antonio Carlos era orador elocuentísimo. Él fue quien redactó el proyecto de Constitución, proyecto democrático en el que no se mencionaba para nada el poder moderador, o sea el único que tendría que ser ejercido por el soberano, al que además no se le reconocía el derecho de disolver la Cámara.

Tal vez existía el propósito de hostilizar al emperador; y como éste agraciase con el título de marqués al almirante Cochrane, a su regreso triunfal de las campañas marítimas, el diputado Montezuma sostuvo en una moción la nulidad de aquel título, y Antonio Carlos Andrada fue más lejos todavía, proponiendo que el emperador no pudiese conceder más títulos nobiliarios mientras no los crease la Asamblea.

Una terrible oposición contra el emperador suscitóse en la Asamblea y en la prensa.

Fueron presos los tres Andradas (Antonio Carlos, José Bonifacio y Martín Francisco), Acayaba Montezuma, José Joaquín de Rocha, el padre Melchor Pinheiro de Oliveira y otros; a todos los mencionados, se los deportó.

Después el emperador mandó redactar una nueva constitución por una comisión compuesta de diez miembros de toda su confianza; la nueva Carta fue jurada el 25 de marzo de 1824.

A partir de aquel momento, el monarca perdió en gran parte la popularidad que había contribuido a granjearle la firmeza que había demostrado frente al poder lusitano.