El monstruo más espantoso de los mares: el kraken


Todavía queda un monstruo marino mucho más terrible que todos los anteriores, y es el designado en algunos países septentrionales de Europa con el nombre de kraken. Creíase en la existencia de obispos y frailes marinos que se valían de mil medios para sembrar el terror entre los infelices navegantes, pero el que infundía mayor espanto era el kraken, monstruo cuyo dorso tenía milla y media de circunferencia, de suerte que, cuando flotaba sobre las crestas de las olas, los navegantes lo confundían con una isla, lo mismo que a la ballena. Pero el kraken se hallaba dotado de brazos cuya longitud igualaba a la de los más altos mástiles de buques, con los cuales podía apoderarse de los mayores navíos y sepultarlos consigo en las aguas del mar. Creíase que, al sumergirse, un kraken producía tal remolino, que naufragaban indefectiblemente todos los buques que había en las inmediaciones y se ahogaban sus tripulantes. El primero que propagó la historia de este monstruo marino fue un obispo noruego. Sin duda lo que el buen prelado debió de ver fue en realidad un gran pulpo. Nadie sabe cuál es el tamaño de los mayores ejemplares de esta especie; pero podemos tener la certeza de que ninguno de ellos alcanza las dimensiones del descrito por el obispo, ni son sus tentáculos capaces de hacer zozobrar un buque. Las narraciones relativas al kraken se difundieron rápidamente pero mezcladas con historias de serpientes de mar, de las que se refieren fábulas maravillosas. Es posible que existan serpientes de mar, pero, hasta el presente momento, ninguna de las historias que de ellas se refieren ha tenido confirmación. Algunos peces de la familia del congrio han sido tomados por serpientes de mar, como también una especie de ballena cuyo lomo presenta una disposición especial, y otros animales marinos.