Un gran arco parabólico sobre el río Duero, en Portugal


Cuando el río Duero llega a la ciudad de Oporto, en Portugal, queda fuertemente encajonado entre una serie de colinas. El cruce en ese punto, por la línea férrea que une Oporto con Lisboa, exigió la construcción de un puente cuyo tablero lo atravesara a gran altura. Con ese fin fueron construidas dos calzadas: la de María Pía, exclusivamente dedicada a la vía férrea, está asentada sobre un arco parabólico cuyo ápice se encuentra a más de 60 metros sobre el nivel del río; la segunda, la de Don Luis, destinada al pasaje de tranvías, automotores y peatones, está colocada debajo de la anterior.