Otra maravilla moderna: nace el avión de chorro


El último gran progreso de la aviación son los aviones de retropropulsión. Antes de la última guerra ya se habían ensayado aparatos que, en lugar de llevar hélices, eran impulsados por la combustión de cohetes, y si bien con ellos se consiguieron algunos éxitos, su futuro aeronáutico no quedó asegurado. Durante la guerra se hizo patente la necesidad de aviones que desarrollaran grandes velocidades y sirvieran para interceptar rápidamente el pase de los aviones enemigos. Así fue cómo se comenzó a experimentar con un nuevo tipo de motor, el cual en su esencia es una turbina que proyecta con enorme fuerza un chorro de gases por la parte posterior del aparato; la acción de este potentísimo escape de gases sobre la atmósfera provee la fuerza que hace avanzar y elevar al avión. De esta manera se logró eliminar las hélices y con ellas algunos factores que impedían construir aviones más rápidos y se obtuvieron altas velocidades. Hoy estos aviones son comunes, e indudablemente lograrán suplantar a todos los otros tipos hasta ahora conocidos.