En forma continua se realiza la superación de records


Sería largo mencionar todos los viajes de importancia realizados y los records señalados con posterioridad a la última fecha mencionada; solamente lo haremos con los más destacados. En 1937, la aviadora alemana Hanna Reitsch vuela en el primer helicóptero verdaderamente práctico que se haya construido, aparato proyectado por el doctor Heinrich Focke; en 1939 se inaugura el primer servicio transatlántico regular de pasajeros, entre Nueva York y Southampton; en el mismo año los alemanes vuelan el primer avión de retropropulsión, construido por la fábrica Heinkel. En 1947 se realiza el primer vuelo supersónico: el capitán Charles Yeager, de la Fuerza Aérea de Estados Unidos de América, sobrepasa la velocidad del sonido, volando a más de 1.200 kilómetros por hora. En 1949 se efectúa el primer vuelo sin escalas alrededor del mundo, y en 1950, el primer combate entre aviones de retropropulsión. En 1952 se establece el primer servicio de pasajeros en aviones de retropropulsión; dos helicópteros vuelan a través del Atlántico Norte, y se realiza el primer vuelo transatlántico de ida y vuelta en el mismo día. En 1954 aviones estadounidenses efectúan vuelos verticales, y un avión inglés despega en posición horizontal pero asciende verticalmente; ninguno de ellos tiene rotores al estilo de los helicópteros. En 1955 una “plataforma voladora” asciende verticalmente mediante dos abanicos entubados que giran en sentido contrario; monomotores de chorro de la Fuerza Aérea estadounidense cubren 6.750 kilómetros sin escalas y se realiza el primer vuelo de ida y vuelta en el día entre Londres y Nueva York. En el año 1956 se establecieron nuevos records de altura y velocidad, ambos con avión cohete Bell X-2 de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos: 3.000 kilómetros por hora y 38.400 metros de altura.

Como puede apreciarse, desde 1930 los vuelos individuales señalaron los verdaderos progresos de la aviación, especialmente en cuanto ésta provee desde entonces a la aeronavegación de aparatos cada vez más veloces, más resistentes y de mayor rendimiento general. Instrumentos muy perfeccionados por la experiencia de la segunda Guerra Mundial añaden seguridad a las comunicaciones aéreas. El empleo del maravilloso radar constituye la máxima garantía de seguridad alcanzada por la aeronáutica.