Dibujos animados, el paraíso de los niños y de los mayores


Párrafo aparte merecen los dibujos animados, una de las creaciones más exquisitas del séptimo arte. Con los dibujos animados de Disney y de su rival Max Fleischer, creador de Betty Boop y de Popeye, el cine estadounidense se interna en los caminos de la poesía y de lo maravilloso. Y si los filmes mudos de dibujos significan un auténtico tesoro, excusado es decir la considerable y repentina importancia que estas pequeñas cintas cobraron con el advenimiento del cine.

Disney renueva la esencia del género y halla una fórmula que hace las delicias de los niños y de las personas mayores. Realiza en 1937 aquella pequeña obra maestra de ingenio y fantasía que es Blanca Nieves, punto de partida para la serie de películas de largo metraje integrada por Pinocho, Fantasía -uno de los más felices experimentos de Walt Disney, con categoría de verdadera obra de arte-, Dumbo y Bambi, en las que sigue poniéndose de manifiesto el ingenio fértil de este inagotable creador.