CÓMO SE OBTIENE EL ALUMINIO


El aluminio, que es un metal maravilloso, con múltiples aplicaciones en la industria moderna, se extrae principalmente de la bauxita, tipo de arcilla muy abundante en los Estados Unidos de América, en Francia y en las Guayanas.

A principios de siglo, los químicos consiguieron perfeccionar la producción del aluminio, lo que abarató su coste de tal manera que posibilitó su amplia utilización. Por eso podemos tener en nuestras cocinas ollas, cacerolas y utensilios de aluminio. Pero este metal tiene otros usos mucho más importantes: baste decir que más del 60 % del peso de un avión lo constituyen combinaciones de aluminio, tales como el duraluminio, que lo hace tan resistente como el acero, con la gran ventaja de ser tres veces más liviano. Además, aquél entra en diversas proporciones en la fabricación de juguetes, aparatos y máquinas para la industria y el hogar, muebles, útiles, herramientas, etc. Tal es su preponderancia en la industria moderna que, en la actualidad, ocupa el tercer lugar entre los metales desde el punto de vista de las cantidades empleadas.

El aluminio es un elemento muy común en la Naturaleza, aunque nunca se presenta en estado libre, sino combinado, formando parte de arcillas, margas, micas, feldespato, caolín, etc. Algunas de sus combinaciones, por su escasez y hermosos colores, constituyen piedras preciosas, tales como el topacio, que es silicato alumínico con flúor; el zafiro, óxido alumínico de color azul; el rubí, óxido de color rojo vivo; la turquesa, fosfato alumínico hidratado, etcétera.

El aluminio, que ocupa el tercer lugar en el orden de los elementos más abundantes en la corteza terrestre, en la que representa casi el 8 %, siguiendo al oxígeno y al silicio, que le preceden en ese orden, es un metal ligero, de color blanco argentino, dúctil y maleable, que se obtiene en hojas delgadísimas, llamadas panes de aluminio. Se suelda consigo mismo y no es magnético; resiste bien la acción de los agentes atmosféricos, y cuando no es puro lo atacan los ácidos minerales y los álcalis.

A pesar de que casi todas las rocas, exceptuando las areniscas y calcáreas, lo contienen, gran parte del aluminio utilizado por el hombre se extrae, prácticamente, de la bauxita, mineral cuyo nombre proviene de la ciudad francesa de Baux, donde abunda.

La bauxita es un óxido hidratado de aluminio, que tiene casi siempre cierta cantidad de óxido de hierro. Es de color blanquecino, gris o rojizo; amorfo, se presenta en granos gruesos o en masas pisolíticas. Además de óxido de hierro, la bauxita suele contener titanio y silicio, sustancias simples que se extraen del mineral mediante un proceso especial, llamado proceso Bayer, que consiste esencialmente en lo siguiente: la bauxita, finamente pulverizada, se lleva, juntamente con soda cáustica, a grandes tanques donde los óxidos de hierro, titanio y silicio se transforman en una masa fangosa que se separa por filtración. El líquido que resulta es sometido a varios procesos que lo convierten en un polvo blanco, conocido con el nombre de alúmina, y que es un óxido de aluminio.