Los interminables inventos que mejoran cada día al automóvil


Dos innovaciones importantes se han adoptado últimamente en muchos modelos de automóviles, siguiendo el principio de acoplamiento fluido, que puede ser empleado para sustituir el embrague, y, en forma un tanto más complicada, el sistema de mandos y engranajes de las cajas de velocidades clásicas. Podemos comprender cómo funciona este acoplamiento hidráulico si pensamos en la manera como las hélices impulsan a los barcos: cuando giran en la masa líquida inmóvil, ésta se desplaza y empuja el navío hacia delante. Si se invierte el proceso, lanzando agua en movimiento contra una hélice inmóvil, ésta se moverá tal como giran las aspas de un molino al chocar con ellas el viento. Si dos hélices se colocan dentro de una caja hermética, llena de agua y una de ellas es puesta en movimiento, hará girar el líquido que la rodea, y éste, a su vez impulsará la otra hélice e inmediatamente la pondrá en movimiento. Éste es el principio común sobre el que se basan los sistemas de acoplamiento fluido. Una hélice se conecta al motor del automóvil, y gira cuando éste se halla en funcionamiento; si la marcha del motor es lenta, la hélice girará dentro del líquido sin provocar movimiento en la segunda hélice. Ésta se halla conectada al eje de transmisión; cuando la primera gira con velocidad y provoca el desplazamiento del fluido, la presión de éste sobre la segunda es suficiente para ponerla en acción, y, con ella, al eje de transmisión y a las ruedas. El fluido utilizado en los automóviles no es, lógicamente, agua, dado que debe conservarse mucho tiempo en su encierro y, a la vez, lubricar todas las piezas que entran en contacto con él; se emplea una mezcla especial de aceites anticorrosivos y de gran resistencia a la temperatura y a la fricción.

Nuevos inventos y mejoras se aplican continuamente a los automóviles. En la actualidad se hallan en prueba coches con motores de reacción de tipo similar al empleado por los más veloces aviones modernos; en estos motores la fuerza expansiva del gas en combustión, en vez de ser aplicada a los pistones, es dirigida hacia una hélice y sucede lo mismo que con los acoplamientos fluidos, pero con la consiguiente simplificación del proceso, ya que en este motor tanto los pistones como las bielas y el cigüeñal quedan eliminados, y pasa el impulso motriz directamente de la cámara de combustión a la caja de velocidades. Así la técnica seguirá avanzando y llegará el día en que la fuente de poder de los motores de automóvil, al igual que la de los submarinos modernos, será la energía atómica; entonces una pequeña pastilla sustituirá miles de litros de combustible. Este proceso ascendente no cesará mientras el automóvil continúe siendo uno de los principales y más cómodos medios de transporte del hombre de nuestros días.