La zanahoria silvestre, de la que proceden las comestibles


Dejamos ya la familia de las compuestas para tratar la de las umbelíferas, en la cual hallamos una planta de notable aspecto, que es la zanahoria silvestre. Sus delgados tallos sostienen delicadas inflorescencias denominadas umbelas, compuestas por diminutas florecillas blancas, aunque las que están en el círculo exterior son más grandes, de lo cual resulta un conjunto vistoso. En el centro de los verticilos hay siempre una florecilla de color castaño; las hojas, delicadamente recortadas, son tan graciosas como el follaje de los helechos. De esta planta proceden las zanahorias comestibles, cuya obtención y mejoramiento se debe a los trabajos y cuidados del horticultor. Al anochecer se inclinan las umbelas para proteger sus florecillas y, al llegar a sazón las semillas, se encorvan hacia dentro los pedúnculos asemejándose el conjunto a bolas que se desprenden de los tallos y son juguete del viento el cual va, poco a poco, desparramando las semillas.