La vara de oro y el saúco de las marismas de olor desagradable


No lejos de la planta de que acabamos de hablar, en el borde de los pantanos, crece también la hermosa vara de oro, cuyos gruesos tallos están abundantemente cubiertos de brillantes hojas alternas, con bordes lisos. Las flores de ricos y dorados matices, se reúnen en capítulos que forman racimos simples o compuestos, lo que da al conjunto un aspecto hermosísimo. Tanto la vara de oro como el áster pertenecen a la familia de las compuestas, le mismo que la trompetera, planta de gran tamaño, muy común en los pantanos de las regiones septentrionales del continente americano, y que se arrastra por el suelo en los de agua salada. Alcanza hasta unos dos metros de altura, y por entre las grandes y puntiagudas hojas, con los bordes recortados, se eleva el grueso tallo de color purpúreo, el cual presenta las inflorescencias en su parte superior, formando una maciza pirámide que se compone de grupos de flores, de color de rosa o púrpura apagada. Esta planta es una de las más notables de cuantas crecen en las cercanías de los pantanos, no sólo durante su floración, sino hasta después de producir sus semillas.

Los vigorosos tallos del saúco de las marismas crecen en las cenagosas orillas de los pantanos, fuera del alcance de las turbias aguas. El saúco de las marismas conserva sus lustrosas hojas, de bordes profundamente recortados, hasta bien entrado el otoño. Son algo carnosas, y hacia la punta va disminuyendo gradualmente su tamaño. Las hojas que brotan de los tallos que sostienen las flores son muy cortas y delgadas; en sus axilas se ven pequeños grupos inclinados de flores verdes, protegidas por un círculo de brácteas en forma de copa. Este arbusto exhala olor penetrante y desagradable, parecido al del viburno, lo cual no es de extrañar, porque pertenece a la misma familia. Otro de sus miembros, cuya presencia podría difícilmente disimularse, es la pega-pega. Sus ramas, en forma de zigzag, producen ásperas e irregulares hojas verdes, y frutos firmes y ovales, agrupados en las axilas, los cuales están cubiertos por unos pelos espinosos y encorvados, y tienen, además, un par de fuertes anzuelos, con los que se agarran al pelaje de los cuadrúpedos o al traje de las personas que aciertan a pasar junto a la planta. De este modo la semilla es transportada a veces a grandes distancias, y se propaga en nuevas áreas o regiones.