De cómo se introdujo en América el "pie del hombre blanco"


Claro está que nadie afirmará seriamente, ni aun los mismos indios, que el pie del hombre blanco, por su propia virtud, hiciera brotar el llantén en tierras de América. Es decir, podría haber sido perfectamente su pie, pero sin que nada de milagroso hubiera en ello. Imagínese (y no tiene nada de inverosímil la suposición) que un labrador, decidido a probar fortuna en América, metiera en su baúl el calzado que llevara al arar su campo en cualquier rincón de Europa, y que no volviera a ponérselo hasta llegar a su nueva patria. Bastaría con que una pequeña cantidad de tierra hubiera quedado adherida a la suela de los zapatos para tener la explicación del milagro; porque es casi imposible tomar un poco de tierra de la superficie de los campos, aunque sólo sea la que cabría sobre una moneda, por ejemplo, sin que algunas semillas de las hierbas más comunes vayan entre ella.