Lagarto cubierto de púas que puede cazar las moscas al vuelo


A pesar de su apariencia terrible, el tapayachin es del todo inofensivo. Cuando se ve atacado, desaparece con sorprendente rapidez en la arena. Con frecuencia engaña a las personas haciéndoles creer que se ha metido en su madriguera; pero los enemigos que tiene en el reino animal conocen sus mañas y horadan el terreno más aprisa que el tapayachin. No obstante, las púas de que está armado le sirven de protección, mientras escarba el terreno. Si alguno de sus perseguidores lo asiera por la cola, como ésta se halla provista de púas en toda su longitud, se clavarían en la boca que se atraviera a morderla.

Cuando se lo coge y encierra, es muy tardo, pero cuando está en libertad y anda en busca de alimento corre con gran rapidez, sobre todo si anda a caza de moscas, de las cuales vive. Muchos reptiles son tardos y perezosos; pero ciertos lagartos se mueven con rapidez prodigiosa. Hay sobre todo uno tan ágil y veloz, que no deja ver la sombra que proyecta con su cola encorvada sobre el dorso. Por regla general los lagartos de patas más débiles son los mejor armados, pues no pudiendo moverse muy aprisa, necesitan una mayor protección contra sus enemigos. A causa de ser uno de los más torpes de la clase, el horrible moloch, el lagarto espinoso de Australia, está cubierto de púas. Tiene un cuerno sobre cada uno de los ojos, y otro en mitad de la cabeza; y sobre todas las partes de su cuerpo, costados, dorso, patas, dedos, apenas hay un solo punto donde poder clavar un alfiler entre las púas y espinas que recubren al animal, Por fortuna, sólo tiene veinticinco centímetros de longitud y es completamente inofensivo.