Cómo se puede hacer variar el color, la forma y el tamaño de ciertas mariposas


Algunas mariposas presentan colores distintos en invierno y en verano; llámase a este hecho dimorfismo de estación. Un gran sabio, Augusto Weismann, pensó que la causa de estos cambios de color debía estar en las diferencias de la temperatura ambiente. Para corroborar su idea incubó huevéenlos de verano a baja temperatura y obtuvo mariposas de invierno; y al revés, criando larvas de invierno a temperaturas altas, consiguió mariposas de verano.

Otros investigadores repitieron luego sus experimentos, con resultados idénticos; y vieron, además, que no sólo se pueden transformar las formas de invierno en formas de verano y viceversa, sino que también otras mariposas que no tienen dimorfismo de estación, varían de color si se someten las larvas a temperaturas distintas de las normales. Estudiando a fondo el asunto, observaron que las variedades de estas últimas, obtenidas en sus experiencias, reproducen exactamente el aspecto de las variedades de las mismas especies comunes en países más cálidos o más fríos; y que si las temperaturas se extreman en un sentido o en otro, las mariposas resultantes no tienen sus iguales en ninguna parte: son tipos aberrantes.

En estos experimentos, al par que varía el color, se altera el tamaño en más o en menos; también, a veces, la forma de las alas.

Nos conviene fijarnos un poco en la alimentación de la oruga, por su influencia sobre el tamaño de la mariposa. Por lo común cada oruga se nutre de preferencia con las hojas o la corteza de plantas determinadas, rehuyendo las demás. Si nosotros conseguimos (y con paciencia y método se logra siempre) que una oruga coma otros vegetales, veremos que, generalmente, se reduce el tamaño y se aclara el color de la mariposa. La cantidad de alimento dado a la oruga determina también el tamaño y el color del lepidóptero adulto; cuando aquél es abundante, se acrecienta el primero y se debilita el segundo; cuando es escaso, por el contrario, disminuye aquél y se aclara éste.

El color de la oruga depende asimismo del carácter de su alimentación; y esta relación se manifiesta, en ocasiones, pocas horas después de cambiársela. La oruga de cierta mariposa es verde, amarilla o rosada, según la planta con que se la nutra.

Si tú, lector, te interesas por la historia natural de la mariposa y la sigues con tus propios ojos y tu propio criterio, puedes repetir estos sencillos experimentos. No son muy difíciles; te enseñarán a observar y te revelarán cuan íntima es la relación entre un animal y su medio. Sabrás que su desarrollo está supeditado a la cantidad de alimento de que dispone y, al menos en este caso, comprenderás que las cualidades del animal resultan de las condiciones en que vive, y entenderás asimismo cómo se forman las variedades, razas y especies.