Aves que se comen los cadáveres de otras aves y gaviotas que siguen el arado


Los estercorarios sirven de sepultureros en los lugares que frecuentan los pájaros bobos o niños. En el transcurso de un año perecen muchos pájaros bobos, cuyos cuerpos se corrompen; el estercorario se precipita sobre ellos y los devora. También contribuyen a limpiar el mar y la tierra de los cadáveres de diversos animales. No se alimenta más que de carne o pescado, resultando beneficioso, porque impide que los cuerpos putrefactos infesten el ambiente. Todos los seres mueren; pero en dondequiera que ocurra su muerte, se encuentra algún animal que consume sus restos, a menos que hayan quedado sepultados en el lodo o en el hielo. Parece que la Naturaleza ha puesto empeño especial en hacer desaparecer toda imagen de la muerte; y las aves carnívoras, con sus instintos voraces, no son más que los medios de que se vale para conseguir su fin.

Muchas aves marinas no pueden ser vistas más que en alta mar, pero las gaviotas se introducen tierra adentro; y, si bien su elemento propio es el océano, les gustan los insectos y gusanos que se encuentran en el suelo. Han observado, según parece, que los labradores, al arar la tierra, hacen salir a la superficie esos animales que para ellos son sabroso alimento; de manera que con frecuencia puede verse una bandada de hermosas gaviotas yendo en pos del arado para recoger los gusanos que desentierra. Esto, claro está, ocurre generalmente en las inmediaciones del mar o de los grandes lagos, pero también se hallan gaviotas muy adentro de la tierra, como, por ejemplo, en torno de los lagos que hay en las praderas de América del Norte.