Los pinzones y sus conmovedores certámenes de canto


Pasemos ahora a los pinzones, grupo interesante y numeroso, del que forman parte algunos de los pájaros más simpáticos. Empecemos por el pinzón común. Es un pájaro hermosísimo, de muy vivos colores y provisto de cresta que puede erguir a voluntad. Tiene unos 15 centímetros de longitud, el macho es castaño por encima, pardo rosado por debajo, con la parte superior de la cabeza gris azulada, una doble franja en las alas y las dos plumas laterales de la cola, blancas. Se alimenta de vegetales e insectos. Algunos hortelanos ignorantes lo persiguen sin compasión por devorar las plantas, pues olvidan que también limpian de bichos dañinos los campos de la heredad.

A veces es posible cogerlos y domesticarlos, y cantan perfectamente en cuanto se adaptan a vivir aprisionados. En algunos lugares hay costumbre de hacer apuestas basadas en el canto de los pinzones. Estos pájaros entonan una canción en la cual se suceden generalmente las notas en una escala descendente, y el pájaro que emite más de éstas seguidas, sin descansar, es el que gana el premio. Pero tras estos torneos se oculta una incalificable crueldad: la mayor parte de los pájaros que en ellos toman parte han sido previamente cegados por sus dueños, operación que realizan éstos pinchando a las inocentes e inofensivas aves las pupilas con un alfiler al rojo.

Después los pobres pájaros son conducidos al lugar donde ha de verificarse el torneo, en jaulas cubiertas con fundas. Cuando les quitan éstas no ven, pero oyen el gorjeo de otro pinzón, y creen hallarse libres en el soto donde nacieron y en el que un rival los reta a un combate musical. Y éste es el motivo de que los desdichados pájaros ciegos se esfuercen por eclipsar el canto de sus contendientes desgranando sus gorjeos más dulces y prolongados.