Algunos pequeños mamíferos que son muy tesoneros y exigentes constructores


Hay mamíferos de poca talla, cuyo trabajo es tan duro como el del zorro ártico. La marmota, animal alpino, se fabrica dos hogares cada año: uno en la montaña, su residencia de verano, que le sirve de abrigo por la noche y cuando hace mal tiempo, y otro en los valles inferiores, su domicilio de invierno. Con las primeras nevadas, se ven descender a la llanura conjuntos de marmotas, que llevan consigo a sus crías. Llegadas al sitio donde se proponen invernar, se reúnen en grupos de quince a veinte, y abren en la tierra un largo túnel, en cuyo extremo cavan un ancho espacio en forma de sala circular, que llenan de hierba; obstruyen luego la entrada para no ser molestadas, y se entregan allí al sueño invernal. Otras especies de marmotas se contentan con una sola residencia para invierno y verano; pero su habilidad para construirla no es menor.

Las mayores colonias son las que forman las marmotas americanas llamadas "perritos de las praderas", cuyos hogares ocupan a veces hasta ochenta hectáreas de terreno. Perforan excelentes cámaras y túneles, a cuya entrada depositan, en forma de montículo, la tierra excavada. Alrededor de cada uno de estos montículos suele verse una docena de entradas a otras tantas madrigueras, y encima de ellos hay siempre un centinela que vela por la seguridad general y profiere un expresivo "¡tuit, tuit!", a modo de voz de alarma, tan pronto como descubre a un enemigo; al oírlo la colonia entera se sepulta inmediatamente en el interior de los túneles, y queda a salvo.