Cuando y cómo se lleva a cabo la caza de leones


Los cazadores suelen atacar al león de día. Generalmente tropiezan con él mientras duerme, reposando de los efectos de su último festín, y destacan indígenas o perros para que lo despierten. Levántase de mala gana la fiera, pues nadie se despierta de buen humor cuando le interrumpen el sueño; y en especial al rey de los animales le causa una contrariedad grandísima que lo despierten en un día espléndido, después de haber comido de una manera opípara algunas horas antes. Trata de alejarse gruñendo y lanzando un sordo rugido; pero si se ve acosado, matará de un zarpazo a algún perro, y si lo hieren, se revolverá furioso y atacará con denuedo a los hombres que pretendan hacerle frente.

Aumenta su valor y crece su acometividad cuando se siente herido. Los indígenas tratan de cercarlo; pero él, de un salto, se arroja sobre ellos, y le basta una dentellada o un zarpazo para matar a un hombre o mutilarlo horriblemente para el resto de su vida. De este modo lucha el rey de los animales cuando se lo obliga; pero, por lo general, no ataca al hombre.

¿Cómo es, preguntará alguien, que, soliendo casi todos los animales salvajes acudir a beber de noche, no se encuentran con el león en las charcas? A veces ocurre así.

Pero, generalmente, sucede que el león, sabiendo que los otros animales tienen necesidad de beber, permanece en acecho en las pozas; pero, en tal caso, no tardan los acechados en darse cuenta del peligro que se cierne sobre ellos, y abandonan inmediatamente aquella región.