Las gallinas deben disponer de un alojamiento cómodo y saludable


Para formar un gallinero puede recurrirse a gallinas cluecas o a incubadoras; pero, en todo caso, los huevos deben ser de aves seleccionadas. También suelen adquirirse pollitos de un día que pueden enviarse a distancias considerables, ya que les es conveniente no ingerir alimento alguno durante las primeras horas de su vida. El embalaje se hace en cajas bien acondicionadas, y por las que circula el aire con facilidad.

Por supuesto que también puede iniciarse un gallinero con pollos de tres meses, e incluso comprando aves adultas en lotes de ocho a doce gallinas por cada gallo.

En todo caso, las aves deben disponer de un gallinero higiénico, limpio y confortable, orientado en forma que se encuentre resguardado de los vientos fríos dominantes en la región y que reciba, especialmente en invierno, la acción bienhechora del sol.

Los gallineros deben asentarse sobre suelo bien saneado y con cierta inclinación para que, en lo posible, siempre se mantenga seco.