El ave lira y el pavo real son dos aves de hermosa cola


En otro lugar hablamos de los faisanes. Vamos ahora a citar otra de las aves hermosas de gran tamaño: el ave lira, llamada así por la forma de su cola. Sólo el macho, a los cuatro años de edad, posee este curioso adorno constituido por 16 plumas, dos de las cuales anchas y encorvadas, semejantes al instrumento musical que le ha dado nombre. El pájaro lira tiene el don de imitar los cantos y gritos de otras aves, en lo cual aventaja considerablemente al pavo real.

Quizás por ser muy común en los parques y jardines, no fijamos la atención en la suprema belleza del pavo real. Su plumaje figura entre los más hermosos; desgraciadamente, su quejumbroso graznido es de los más desagradables, cuando se oye desde no muy lejos, lo que le resta algunas simpatías. En la India, lugar de origen de estas aves, cuando resuena en el bosque, en un conjunto de algunos centenares, es absolutamente intolerable para quienquiera que aborrezca los sonidos discordantes.

Para un ave tan hermosa, esta circunstancia es favorable, en cuanto le evita con frecuencia el cautiverio. Cuando ha terminado la estación de los galanteos, sus brillantes plumas desaparecen, y el ave se esconde, hasta que le nacen de nuevo. Entonces vuelve a envanecerse como sólo un pavo real sabe hacerlo, al desplegar el magnífico abanico de su cola.

A pesar de su magnificencia, es preciso mirar como un poco caprichosas a muchas de las más hermosas especies de aves, y algunas de ellas no constituyen, verdaderamente, una muy agradable compañía.

Recordaremos, entre las aves extrañas, al tucán y al cálao.