Los insectos dañinos que las arañas devoran a millares


La araña había tejido un capullo alrededor del moscardón, dejándolo colgado, hasta que pudiera venir a comérselo, después de haber acabado de saborear la mosca.

Es innegable que las arañas suelen inspirarnos cierta repulsión; pero no hay duda de que son beneficiosas, pues destruyen cada verano millares de moscas y otros insectos perjudiciales, los cuales, si no se pusiera coto a su reproducción, acabarían por hacernos la vida casi insoportable.

Dejando a un lado los hábitos de la araña, que, aunque parezcan crueles, al fin y al cabo no son peores que los de muchísimos pajarillos que se nutren también de insectos, no podrá dejar de maravillarnos la perfección y regularidad con que dispone su tela. Este nido de la araña ofrece tal resistencia, que ni la fuerza del viento ni el peso de las gotas de rocío pueden lograr quebrantarlo. Cada hilo es ya de por sí resistente en sumo grado, pero están dispuestos de un modo tan perfecto que el conjunto es de una solidez casi increíble. Cierto sabio lo ha querido explicar valiéndose de la comparación siguiente.

Supongamos, dice, que un niño pueda levantar un peso de tres kilogramos hasta una altura de treinta centímetros, mediante una cinta de goma elástica, e imaginemos que tenga 350 cintas, cada una de las cuales sea capaz, al ser estirada, de ejercer una fuerza de tres kilos en un recorrido de treinta centímetros. Figurémonos, además, que esas cintas vayan sujetas a una plataforma cargada con el peso que representan dos caballos, o sea cerca de una tonelada.