La maravillosa tela de araña, comparable a una armazón de acero por su resistencia


¿En qué consiste esa tela, y de qué modo la producen las arañas? La sustancia de que está compuesta procede del cuerpo de la araña, de donde sale en forma de una especie de goma; al ponerse en contacto con el ambiente, se solidifica, convirtiéndose en tenues hebras que superan en sutileza a cuanto puede imaginarse, pero más fuertes que una barra de acero, en proporción a su grueso. La araña, por lo regular, va provista de seis mamelones en forma de cono truncado, en cuya parte superior desembocan los conductos de las glándulas que producen la seda. Estos mamelones son llamados hileras; algunas veces sólo son cuatro, situados debajo del cuerpo, y cada uno de ellos viene a ser un tamiz de finísimas mallas. La seda no sale formando una sola hebra, sino que atraviesa por los mil agujeros de que consta cada hilera, en otros tantos hilos. Los mil hilillos que pasan por un tubo se reúnen en una hebra; y como las hileras, según hemos dicho, son por lo regular en número de seis, las seis hebras formadas de este modo se combinan a su vez, para constituir la hebra con que la araña teje.

Cada una de las hebras de que está hecha la telaraña se compone de 400 a 6.000 hilos de seda, entrelazados de tal manera, que constituyen un cable natural de insuperable finura. Se ha calculado que cuando salen de los agujeros del tamiz son tan tenues esas hebras, que se necesitarían cuatro millones para formar un hilo de seda del grueso de un cabello humano; y son tan pequeños aquellos agujeros a través de los cuales ha de pasar la seda elaborada por las arañas, que cabrían más de mil en la punta de un alfiler.