Lo que sucede a los agricultores que exterminan a los gorriones


A no dudarlo, el gorrión consume a los agricultores una buena cantidad de grano, porque es un pájaro muy voraz que se apropia de lo que le conviene, y aun ahuyenta a los demás que pudieran disputarle su alimento. Pero antes de formar el propósito de exterminar a una especie de animales, conviene que tengamos presentes las enseñanzas de la experiencia. El gobierno del estado de Maine, en los Estados Unidos, resolvió llevar a cabo el exterminio de los gorriones con tal empeño, que al año siguiente apenas quedaban algunos ejemplares de estos pájaros; pero, en cambio, las orugas se habían multiplicado de tal manera, que no sólo se comieron todas las hojas de los árboles frutales, sino que acabaron con todos ellos. En Francia ocurrió lo propio. Esto nos hará comprender lo peligroso que es querer contrarrestar lo dispuesto por la Naturaleza respecto de la existencia o desaparición de determinados seres. Si el hombre no matase a las aves de rapiña, no habría nunca plagas de gorriones, de tordos o de estorninos ni de otros pájaros cualesquiera. Él es quien perturba el equilibrio establecido por la Naturaleza, sin que pueda remediarlo el exterminio de ciertas especies, cuya excesiva multiplicación es debida justamente a la saña insensata con que han sido perseguidas otras clases de aves. Es como si licenciáramos a toda la policía y matásemos luego a los perros de guarda que nos preservan de los ladrones. A nadie le gusta una plaga de moscas, pues nos comunican muchas enfermedades y contaminan nuestros alimentos con gérmenes infecciosos; y, no obstante, hay centenares de pájaros que se dedican a cazar moscas, poniendo coto a su multiplicación, sin que los hombres lo tengan para nada en cuenta.