A qué se debe que el hipopótamo puede permanecer tanto tiempo bajo el agua sin respirar


El motivo por el cual puede estarse tanto tiempo bajo el agua es que posee la facultad de cerrar las ventanas de la nariz, reteniendo la respiración, sin que el agua le penetre en los pulmones. Cuando sale a respirar, parece que se complace en dar fuertes resoplidos, poco antes de llegar a flor de agua, produciendo un ruido semejante al de una bocina. Al hipopótamo le gusta mucho la compañía de sus congéneres, viéndose con frecuencia a grupos demás de veinte retozando en los ríos africanos.

Su boca es descomunal; al abrirse, semeja una caverna, y tiene dientes enormes, de un marfil tan duro, que casi no hay cosa que pueda resistirles.

Hace algunos años, se cogió en el Nilo a un hipopótamo cachorro, para llevarlo a un parque zoológico; mientras se efectuaba la operación, un hipopótamo de gran tamaño se arrojó sobre un hombre que estaba sentado en un extremo de la lancha, y, cogiéndolo por la cintura, lo partió en dos, de un solo mordisco.

Hasta mediados del siglo pasado no se había transportado a las colecciones de animales de las grandes ciudades modernas ningún hipopótamo, desde el tiempo de los romanos, en que los grandes conquistadores los solían exhibir, junto con otros animales, al celebrar alguna victoria. Al primero que se llevó a Londres se le dio el nombre de Obaisch -que es el de la isla del Nilo en que había sido capturado. Vivió en la casa de las fieras por espacio de treinta años, y murió de viejo.

En el jardín zoológico de Buenos Aires se ha obtenido cría de hipopótamos en cautividad; este hipopotamito, tan feo como sus padres, ya tiene un respetable volumen. Cuando el hipopótamo pequeño aún no sabe nadar, la madre se lo coloca sobre el lomo al meterse en el agua, y así lo transporta.