Por qué en invierno ciertas aves se tornan blancas mientras otras permanecen negras


En los capítulos de nuestra obra abundan los más curiosos ejemplos de los artificios con que saben protegerse los mamíferos, aves, peces, reptiles e insectos. Por otra parte, según algunos observadores atentos, hay sorprendentes excepciones; por consiguiente, es natural que, al tratar de establecer una regla general, procuremos investigar las dificultades que esas excepciones parecen presentar. Veamos si podemos contestar de antemano algunas preguntas que este relato puede haber suscitado.

¿Por qué algunas aves, como el tarmigán, cambian el color de su plumaje en blanco puro entre las nieves invernales cuando su pariente de las regiones árticas, el cuervo, permanece siempre negro? La cuestión es clara. He aquí la respuesta que parece más oportuna; porque el plumaje blanco les es necesario en invierno para buscar en las montañas y en los valles nevados su alimento habitual sin que sus enemigos las descubran, cosa que sucedería inevitablemente si conservaran los colores que las adornan en verano. Por otra parte, los cuervos no buscan su sustento en las plantas sino en la carroña y saben protegerse perfectamente con su pico poderoso. No han necesitado, por tanto, recurrir a las añagazas indispensables a aquellas otras aves para asegurar su existencia. El cuervo no corre peligro alguno aunque su plumaje se haga visible sobre la nieve.