¿Por qué se escriben en latín los nombres de las sustancias químicas y de las plantas?


El latín es en la actualidad lo que se llama una lengua muerta, es decir, que no se habla oficialmente en ningún país, excepto en el Estado Vaticano. Hubo un tiempo en que el latín era una lengua viva, que hablaban los romanos, el pueblo más importante del mundo en su época. Ellos dieron nombre a muchos cuerpos químicos y plantas, y nosotros los conservamos hasta el presente.
Pero por espacio de mucho tiempo después de la caída de Roma, el latín siguió siendo la lengua de las personas eruditas de todo el mundo civilizado, que se servían de él para comunicarse sus descubrimientos e invenciones; se escribían los libros en latín y se daban las conferencias en este idioma. De esta suerte, un español, por ejemplo, podía visitar a Inglaterra y dar conferencias a los ingleses en Oxford, en una lengua que no era la propia del conferenciante ni del auditorio; pero que constituía el idioma común de todas las personas cultas.
Y por esta razón, cuando el ilustre sueco Linneo empezó a dar nombre y clasificar a las plantas, designólas con términos latinos. La aplicación del latín para estos usos sigue siendo en la actualidad tan frecuente como en las épocas a que nos venimos refiriendo en esta nota.