¿Podemos convertir fácilmente en agua potable el agua dura?


Si para lavar sólo tenemos a mano agua dura, menester será discurrir la manera de hacerla potable; para lo cual existen varios medios. Con frecuencia, las sales que originan su crudeza son el bicarbonato de calcio o el de magnesio; la primera corresponde exactamente al bicarbonato de sosa que se forma en nuestra sangre, como en otra parte se explica. El agua puede disolver esta sal, mas no el bicarbonato cálcico, que, como el carbonato de sosa, tiene una sola “dosis” de ácido carbónico, y no dos.

Lo curioso del caso es que podemos hacer potable el agua dura agregándole cal. Lo que entonces ocurre es sencillamente que la nueva cal se apropia de la mitad del ácido carbónico del bicarbonato, y forma dos porciones de carbonato cálcico; y como esta sal no es soluble en el agua, deposítase en el fondo, y el agua, libre de él, queda ya potable. Otra manera de quitar al agua su crudeza es hirviéndola. Esta operación hace que se separe la segunda dosis de ácido carbónico; el carbonato simple que queda se va al fondo, y el agua resultante es ya potable. A veces la crudeza del agua proviene de otra sal de calcio que la ebullición del agua no altera. Esta clase de crudeza se llama permanente, y la otra, temporal.