¿Por qué nos hace llorar el jugo picante de las cebollas?


En realidad, nuestros ojos siempre están lagrimeando; es decir, están siempre produciendo lágrimas que se vierten sobre la parte anterior del ojo para conservar limpia la parte cristalina que lo cubre a modo de vidriera. Por eso parpadeamos: para llevar a toda la superficie del ojo las lágrimas que se producen debajo del párpado superior. Estas lágrimas, como sabemos, van a parar a la nariz. Decimos que los ojos lagrimean cuando se forman las lágrimas con tanta rapidez que no pueden salir todas juntas por los conductos naturales, y se vierten fuera de los párpados. Las cebollas esparcen en el aire una sustancia que excita las extremidades de los nervios del olfato, situados en la nariz, como también las de los nervios que tenemos en los globos de los ojos y los párpados, todos los cuales envían un recado al cerebro para que las glándulas lagrimales produzcan mayor cantidad de lágrimas, y es cuando decimos que lagrimean nuestros ojos. Esto nos reporta notable beneficio, porque las lágrimas nos ayudan a proteger los párpados y los globos de los ojos contra los efectos nocivos del zumo de la cebolla. A las personas cuyas glándulas, por un motivo cualquiera, no pueden segregar lágrimas, este zumo y otras sustancias análogas les serán muy perjudiciales, pues no tienen manera de proteger sus ojos contra ellas.