¿Por qué cuando tiramos hacia arriba una pelota mientras vamos corriendo, cae ésta a nuestros pies?


Todo depende de la manera como tiremos la pelota. La pregunta quiere decir, realmente, que cuando tiramos la pelota hacia arriba en dirección vertical, y nos movemos hacia adelante, la pelota hace lo mismo, cayendo a nuestros pies. Esto no ocurre si nos hallamos a pie firme. Si en esta posición arrojamos la pelota verticalmente hacia arriba, caerá en el mismo lugar; y si avanzamos después de arrojarla, caerá, naturalmente esta vez, a nuestra espalda.

Pero lo que el lector habrá querido preguntar es por qué cuando arrojamos una pelota en esa dirección, mientras corremos, cae de nuevo en nuestra mano, a pesar de no haber interrumpido nuestra carrera. La respuesta es que la pelota participaba también de nuestro movimiento; y aunque la hemos arrojado vertical-mente, ha seguido moviéndose en nuestra misma dirección, es decir, ha conservado el movimiento de que se hallaba animada. De un modo análogo, las pelotas participan del movimiento de la Tierra, y si las tiramos hacia arriba, desde un punto que se encuentra en reposo al parecer, cae en el mismo sitio; porque, si bien es cierto que dicho punto ha recorrido muchos kilómetros antes que caiga la pelota, ésta se ha movido también juntamente con la Tierra y el aire, y cae en el mismo lugar, aun cuando la pelota, la Tierra y el aire se encuentren ya bien lejos de donde la arrojamos al espacio. Todo esto nos enseña que el movimiento que observamos es siempre el relativo, o sea el de un cuerpo con relación a otro que se halla en reposo o se mueve con distinta velocidad. Si ambos se mueven con igual velocidad y dirección nada notamos. Así podemos observarlo cuando vamos en un tren: si pasamos al lado de otro que se encuentra parado, advertimos que nos movemos con gran velocidad; pero si este otro camina por una vía paralela a la nuestra, con nuestra misma velocidad y dirección, nos parecerá que estamos verdaderamente detenidos.