¿Por qué no vemos el aire que nos rodea?


No podemos ver el aire porque es transparente, lo mismo que el cristal; es decir, que deja pasar la luz a través de su materia. No se crea por eso que no afecta a la luz en absoluto; por ejemplo, la luz que de las estrellas nos llega, se desvía o tuerce un poco en su camino al penetrar en la atmósfera, de suerte que jamás podemos ver a estos astros en el lugar del cielo donde realmente se encuentran. Cuando alteramos directamente una parte del aire respecto al que le rodea, de suerte que desvíe la luz un poco más o menos, entonces nuestra vista lo nota.

En cierto modo, pueden verse algunas veces los movimientos del aire por encima de un mechero de gas. También es posible mudar el estado del aire, y hacer que se torne visible bajo su nueva forma. Se le puede enfriar hasta liquidarlo, y entonces es muy semejante al agua; y si se le enfría aun más, se logra solidificarlo, con lo que adquiere el aspecto de un trozo de hielo. El aire carece de color propio; por ello no altera el de la luz que pasa por él, lo que equivaldría a alterar los colores de los objetos vistos a su través. Algunos gases tienen color propio, amarillo, verde, etc., y si se les hace penetrar en los que componen el aire, se los ve perfectamente; o bien, si se inyecta una cantidad de aire en un gas de espléndido color amarillo, será posible verlo gracias al contraste que resulta.