¿Por qué sigue latiendo el corazón aún después de arrancado del cuerpo?


Para contestar debidamente esta pregunta sería necesario un libro de grandes dimensiones. Sabemos positivamente que el corazón puede latir y late con perfecta independencia del cerebro y de todo el resto del cuerpo. Si matamos una rana, por ejemplo, cortándole la cabeza de una manera instantánea, con lo cual el animal no siente el menor dolor, podemos observar, abriendo su cuerpo, que el corazón sigue latiendo. El corazón puede ser arrancado enteramente del cuerpo, y seguir latiendo en la mano mucho tiempo. Este experimento puede hacerse con un conejo o un pájaro. Esto prueba que la fuerza que hace latir el corazón radica en el corazón mismo, aunque sabido es que el cerebro puede acelerar o retardar sus latidos, y aun pararlo.

Cuando examinamos con gran detenimiento el corazón de cualquier animal, observamos en él gran número de células nerviosas. Si cortamos un corazón en pedazos, los trozos que quedan separados de dichas células cesan de latir, en tanto que los que permanecen ligados a ella siguen latiendo hasta que muere el corazón por falta de alimento. Pero no deja de ser en extremo interesante el hecho de que el corazón siga latiendo por espacio de tanto tiempo. Si aplicamos al corazón unos tubos en reemplazo de los vasos venosos y arteriales, y hacemos circular por ellos líquidos que contengan sal común y algunas otras sales, que ayudan a alimentarlo, se prolongarán sus latidos por espacio de varias horas, y aun a veces de varios días. ¡Qué admirable experimento! De este modo podemos estudiar la acción que sobre este órgano ejercen varías sustancias. Por este procedimiento se averiguó que el ¡ azúcar es un excelente alimento para el corazón, en tanto que el alcohol, al contrario, le es muy perjudicial.