¿A dónde iríamos a parar si fuésemos despedidos de la Tierra?


La mejor manera de imaginar cómo podríamos ser despedidos de la Tierra sería suponer que alguna otra fuerza se opusiese a la de atracción, y se destruyesen ambas. Si esto pudiera darse y saltásemos dentro de casa, tocaríamos con la cabeza en el techo; saltando fuera de ella, nos lanzaríamos directamente hacia el espacio, y recorreríamos un largo camino en que la resistencia del aire nos obligaría a movernos cada vez más despacio, hasta que, al fin, nos detendríamos en una región completamente fría. Pero supongamos que no sólo cesa la Tierra en su atracción, sino también el aire en su efecto de resistencia, entonces al menor salto que diéramos nos remontaríamos indefinidamente por el espacio.

Ésta es la única forma 4n que podríamos ser despedidos del la Tierra, la sola manera lógica de concebir que nos “cayéramos” del planeta. Si en circunstancias oportunas saltásemos con el debido impulso y en la dirección apropiada, podríamos viajar hacia la Luna, hasta llegar a una distancia suficiente como para ser atraídos por ella. De no suceder esto, probablemente iríamos a parar al Sol. También sería factible que nos ocurrieran otras cosas: por ejemplo, que nos alejáramos más allá de los límites del sistema solar y nos perdiéramos por ignotas regiones del espacio.