¿A qué se debe que en las noches de verano aparezcan los campos cubiertos de neblina?


La neblina, por supuesto, se compone de agua, y no de agua en forma de vapor o gas, sino de gotas de líquido. Es lo mismo exactamente que una nube, y las nubes, cuando se las atraviesa en globo, ofrecen un aspecto parecido al de la niebla. Cuanto más caliente está el aire, más vapor puede contener. Si, por efecto del calor solar, se calienta mucho durante el día, si hay abundancia de agua y si el viento es escaso, el aire acabará por contener grandísima cantidad de vapor. Éste es un gas transparente, que se mezcla con los demás gases transparentes de la atmósfera y al que, por tanto, no podemos ver. Pero, en cuanto se pone el Sol, el aire se enfría rápidamente; no puede entonces contener tanto vapor de agua, y así es que en gran parte ese vapor se convierte en agua, cuyas gotas constituyen la niebla, del mismo modo que en un día de frío nuestro aliento produce una especie de neblina. Si la superficie terrestre está muy húmeda, esta niebla se formará junto al suelo, revistiendo entonces el aspecto de una capa de vapor.