¿Cuánto viven los animales?


Con respecto a la vida de los animales no podemos dar cifras tan exactas como si se tratase de los hombres. Sabemos lo que viven los hombres y las mujeres, porque se anotan en registros especiales las fechas en que nacen y en que mueren. Los animales de raza, cuya cría fomentan los hombres, son registrados también en libros especiales, de suerte que podemos saber la edad dé los caballos premiados, del ganado y de otros animales. Pero esto no nos ayuda a averiguar la edad que alcanzan, porque a muchos de ellos los matan cuando son viejos. Con mucha frecuencia se dice que los animales: salvajes viven mucho más tiempo que los domésticos, porque viven en mayor contacto con la Naturaleza, pero muy probablemente ocurre todo lo contrario, pues en aquel estado están rodeados de más peligros, y les es más difícil encontrar su comida. Así, en un jardín zoológico bien instalado y bien atendido, un ciervo o un antílope tienen la vida más asegurada que en su ambiente natural de libertad. Esto no quiere decir que sean más felices en cautividad, sino sólo que corren menos riesgos.

Es muy común exagerar la longevidad de algunos animales: por ejemplo, la de las tortugas. Se dice que en 1850 regalaron a la reina Victoria de Inglaterra una tortuga gigante de 179 años, y en el Museo de Tring hay otra de la que se asegura que al morir tenía 300 años, pero en ningún. caso hay documentos que prueben la veracidad de esas afirmaciones. También se dice, sin probarlo, que el cocodrilo llega algunas veces hasta más de los 200 años. Aun esto es poco, comparado con la vida de la ballena, de la cual se asegura que vive quinientos años. Verdad es que no podemos obtener el acta de nacimiento de estos cetáceos, y que jamás nos invitan cuando celebran el día de su natalicio, ni nos dicen la edad que tienen; pero algunas personas ilustradas niegan que puedan llegar a esa edad, ni aun mucho menos, pues una ballena es adulta a los tres años, y los animales que crecen tan de prisa no suelen ser los que viven más tiempo.

Quien ha hecho estudios más profundos sobre los años de vida normalmente alcanzados por los animales ha sido un naturalista inglés, Stanley S. Flower.