¿Por qué no vemos el fondo del río?


Acabamos de decir que cuando una onda pasa de un medio a otro diferente, parte de ella suele ser reflejada, o, lo que es lo mismo, retrocede. Ahora bien, la luz es una especie de onda, y, como tal, sigue esta regla. Al pasar por una ventana, parte de ella retrocede, lo cual explica que, hallándonos a veces ante el cristal de una ventana,-por ejemplo, de la ventanilla del tren, en el momento de atravesar un túnel,- veamos nuestro propio rostro. Lo mismo exactamente sucede cuando la luz pasa del aire al agua; parte de ella es reflejada, y en ocasiones en tanta cantidad, que, inclinados hacia ella, no vemos el fondo del agua, sino nuestro propio semblante, ni más ni menos que si nos mirásemos en un espejo. Bien es verdad, que esto depende de muchas cosas; y, si bien se mira, cuando la luz viene en la conveniente dirección, podemos ver con frecuencia, no la luz rechazada desde la superficie del agua, sino la que refleja o rechaza el mismo fondo del río.