¿Por qué no recordamos lo que nos aconteció cuando éramos niños?


Hay muchas facultades del alma a las que no dominamos hasta que nuestro cerebro se desarrolla y ejercita, y entre ellas se encuentra la memoria. Sólo podemos recordar las cosas adiestrando la parte del cerebro que preside la expresada facultad, y cuando somos pequeñitos todavía no ha tenido tiempo para desarrollarse, aunque todos sabemos que en unos niños la memoria se desarrolla con mayor rapidez que en otros. Aparte de esto, las cosas que nos suceden durante la primera infancia tienen para nosotros distinto interés; no podemos decirnos todavía cuáles acontecimientos tienen verdadera importancia y cuáles no la tienen, de suerte que no todas las cosas nos impresionan por igual. Ahora bien, la memoria depende en gran parte de la impresión que el accidente nos causa en el momento en que acontece, y sólo cuando la mente se halla lo suficientemente desarrollada para poder juzgar de la importancia de las cosas es cuando la memoria se convierte en una facultad bien marcada.