¿Por qué no se ven los rayos de una rueda cuando ésta gira rápidamente?


Esto se debe a que las impresiones producidas en la retina -o telón que hay detrás del ojo- no se borran instantáneamente, sino que duran por espacio de una fracción de segundo. Lo maravilloso del caso es que tarden tan poco esas imágenes en desvanecerse, y que la retina se encuentre al instante en disposición de recibir otras. La impresión, sin embargo, perdura algo, y si la rueda se mueve con cierta rapidez, las imágenes producidas por los rayos en los varios puntos de su trayectoria se confunden unas con otras, por lo cual no se percibe distintamente ninguno de dichos rayos, sino tan sólo una sombra indefinida en el interior de la circunferencia de la rueda.

La contestación que se nos ocurriría de momento es que los rayos no pueden verse, cuando la rueda gira rápidamente, porque se mueven demasiado de prisa para impresionar nuestra vista. No es así, sin embargo, como fácilmente puede demostrarse mediante un experimento sencillo que nos indica que la primera explicación es la verdadera, a pesar de que parezca muy natural esta última. Si hacemos girar una rueda en la oscuridad y luego la iluminamos instantáneamente por medio de una chispa eléctrica, veremos todos los rayos en posiciones, al parecer, fijas, como si la rueda no se moviese.