¿Para qué sirven los huesos que tenemos en el cuerpo?


Los huesos sirven, en primer lugar, merced a su comprobada resistencia, para constituir una especie de armazón que sostiene nuestro cuerpo e impide que se venga al suelo en el estado de una masa informe, por efecto de la gravitación; esto es lo que le sucedería a un hombre sin huesos, si es que pudiera existir un ser semejante. Aun dejando esta atracción a un lado, el esqueleto es indispensable para conservar la forma del cuerpo; por eso tienen también huesos los peces. Cuando nos comemos un pescado nos molestan las espinas; pero a no ser por esas espinas, no podría haber peces. Los huesos, en segundo lugar, son puntos de apoyo rígidos para que los músculos puedan ejercer su tensión. El extremo de un músculo va sujeto a un hueso dado, como, por ejemplo, el de la parte superior del brazo, y el otro extremo de dicho músculo a uno de los dos huesos del antebrazo; cuando el músculo se contrae se dobla la articulación o coyuntura del codo, y podemos levantar un peso con la mano. Los músculos no obedecerían, en la forma que lo hacen, al impulso de nuestra voluntad, si no fuera por los huesos.

Por último, las células rojas de la sangre, sin las cuales no podríamos respirar, se forman en el tuétano o médula de los principales huesos.