¿Por qué se convierte la oruga en alada mariposa?


La contestación a esta pregunta ha de ser poco más o menos la misma que si se preguntase por qué a cierta edad nos sale a nosotros la muela del juicio, o le crecen cuernos al toro y su cresta al gallo. En general, los animales no nacen con todos los caracteres propios de su especie, sino que muchos de ellos los van adquiriendo después y poco a poco. Cuando ya los reúnen todos, decimos que el animal es adulto. Con los insectos ocurre lo mismo; salen del huevo sin tener todavía sus caracteres definitivos, y en ellos los cambios son todavía más profundos, porque como su piel está muy endurecida por una sustancia especial, llamada quitina, tienen que cambiarla por completo para crecer, y esto influye a veces en la forma o el número de ciertos órganos.

La oruga no es más que una mariposa joven; para llegar a adulta tiene que echar alas y cambiar la disposición de los órganos de su boca, pues las orugas comen masticando y las mariposas lo hacen chupando. Pero esto no debe llamarnos mucho la atención, pues también nosotros, cuando somos muy pequeñitos, comemos chupando, y más tarde adquirimos un aparato para masticar, formado por la dentadura. Algunos insectos no pasan por cambios tan profundos; las chinches recién salidas del huevo, por ejemplo, se parecen mucho a sus padres. Cuando el insecto ha de cambiar mucho para hacerse adulto, tiene que pasar por un período intermedio de encierro dentro de una cápsula llamada también capullo.

Si la oruga no se convirtiera en mariposa, no llegaría a ser adulta, y como solamente los insectos adultos pueden criar, claro está que se acabaría su especie y no habría mariposas en el mundo.