¿Qué es lo que presta al fuego sus diversos matices?


La luz está formada por ondas que se desplazan en el espacio. Las diferentes ondas producen luces de distintos colores. Las ondas son engendradas por ciertos movimientos de partes de los átomos del objeto que emite la luz. La composición de los diversos átomos es distinta, y las partes que los constituyen se mueven de muy diferente manera. Por consiguiente, los diferentes átomos engendran distintas clases de ondas en el espacio, lo cual quiere decir que, si producen luz, ésta es de diversos colores. Conocemos perfectamente muchas clases de átomos y cada una de ellas produce luz diferente. También las mismas clases de átomos pueden producir diferentes clases de luz, si variando la temperatura varían los movimientos de sus partes.

Vemos, pues, que los distintos colores que se observan en el fuego son debidos a las diversas especies de átomos que en él se hallen presentes y a la temperatura que éstos posean, con tal que sea suficiente para que emitan luz. El carbón que usamos comúnmente en las estufas contiene numerosos elementos, y por eso al arder produce diferentes colores. El carbón incandescente tiene color rojo. Las llamas amarillas deben su color a los átomos de sodio. Si observamos llamas violáceas, debemos atribuirlas a la existencia del potasio, y las azuladas nos delatan la presencia del gas denominado protóxido de carbono.