¿Por qué arden tan fácilmente el aceite y sus derivados?


La palabra aceite comprende muchísimas cosas, y, aunque éstas difieran en el gusto, en el color y en su composición química, todos los aceites, sin embargo, tienen de común la gran cantidad de carbono e hidrógeno que son sus principales elementos. Muchos son los aceites que contienen algo de oxígeno; pero ninguno tiene lo bastante para saturar los átomos de carbono y de hidrógeno que hay en ellos. Si el hidrógeno ha de quemarse enteramente, cada dos átomos del mismo necesitarán uno de oxígeno, como en el agua, H20. Para que se queme todo el carbono, cada átomo de éste necesitará dos átomos de oxígeno, como en el anhídrido carbónico, CO2 No hay aceite alguno que contenga nada parecido a esta proporción de oxigeno con respecto al carbono y al hidrógeno; así, todos los aceites son capaces de arder, es decir, de hacer de modo que se combinen con el oxígeno, y continuarán ardiendo hasta que todo el carbono y el hidrógeno que contengan se hayan combinado con todo el oxígeno con que son capaces de combinarse; y después, cuando el aceite se haya oxidado completamente, también se habrá quemado por entero y no será posible que en tal condición arda más.