¿Por qué la Tierra no tiene luz propia como la tiene el Sol?


Suponen algunos sabios que la Tierra tuvo luz propia hace muchísimos años, y la juiciosa pregunta anterior sugiere, con razón, la idea de que también quizá los demás planetas debieron de tener luz propia en lejanas épocas, y tal como el Sol la tiene, porque éste y los planetas salieron, según cierta hipótesis, de la misma nube o nébula ardiente. Ahora bien, lo que debemos contestar a la pregunta es que la Tierra debió de enfriarse, en tanto que el Sol continúa todavía caliente, de modo que aquélla no puede ya despedir luz propia, sino reflejar únicamente la que recibe de éste. La razón está en que cuanto más pequeña es una cosa, más de prisa pierde su calor. El calor se escapa de la superficie, y cuanto menor es el tamaño de un objeto, mayor es su superficie, en relación a la cantidad de materia que contiene. Si vamos a un sitio en el cual se fabrique vidrio, y pedimos que nos hagan tres o cuatro bolas de diferentes tamaños simultáneamente, observaremos que la más pequeña estará enteramente fría, mientras la mayor de ellas estará aún demasiado caliente para que podamos tocarla.

Una criatura de pecho ha menester ropa más caliente que una persona mayor, y los de corta estatura y delgados necesitan más ropa que los gruesos y altos, porque tienen grandes superficies con las cuales pierden el calor en proporción a la masa de sus cuerpos. Con respecto al sistema solar, Júpiter y la Luna confirman lo que decimos. La única razón de que la Luna esté más fría que la Tierra, a pesar de estar hecha de la misma materia, es el ser mucho más pequeña. Por otra parte, Júpiter es muy grande y los astrónomos están casi todos de acuerdo en que el gran planeta está todavía bastante más caliente que el globo terrestre.