Constantino y la fundación del Imperio Bizantino


Constantino había ya demostrado buena voluntad para con los cristianos, y, antes de la batalla, según él mismo refiere, vio en los aires la figura de la Cruz y sobre ella las palabras “Con esta señal vencerás”. Desde aquel día adoptó la cruz por estandarte, y una vez emperador, hizo honor a la fe de Cristo: declaró al cristianismo religión oficial del Imperio y dio fin a la sistemática hostilidad que el Estado le presentaba.

Algo más hizo Constantino: constituyó la ciudad de Bizancio en capital del Imperio, en lugar de Roma, y le dio por nombre Constantinopla. Desde este momento, el Imperio Bizantino gobernó lo que llamamos el mundo romano, hasta que el Occidente se separó del Oriente; en lo sucesivo el poder de Roma no fue poder del Estado, sino poder de la Iglesia.