El rey y la reina intentan escapar de Francia


Poco después de la muerte de Mirabeau, el rey y la reina pensaron que lo mejor que podían hacer era huir de Francia, creyendo que quizás otros soberanos los ayudarían a recobrar su trono, pues la reina era hermana del emperador de Austria.

Hicieron los preparativos en secreto, y una noche huyeron de París en un carruaje, haciéndose pasar por un simple caballero con su esposa. Pero en un lugar cerca de la frontera, el rey fue reconocido al salir del coche, y detenido con su familia; luego los enviaron a París, donde se los retuvo prisioneros. Luis aceptó la Constitución que la Asamblea había preparado, y así continuó en el trono. Convocóse una nueva Asamblea, pero el rey no tuvo a su lado individuos idóneos a quienes pudiera nombrar ministros suyos; y los más inteligentes que escogió, siempre quisieron hacer valer su voluntad por encima de la del monarca. Por entonces el emperador de Austria y el rey de Prusia amenazaron con intervenir, y Luis viose obligado a declararles la guerra. Entretanto, los jacobinos (nombre de un club o asociación política) excitaban el sentimiento popular contra la monarquía, de modo que en París la agitación era cada día mayor.